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La historia legislativa de Córdoba en casi cinco mil tomos

Creado hace 138 años, el Archivo Histórico de la Legislatura conserva el registro de nuestras leyes desde los tiempos de la organización provincial. Un amplio, y a veces sorprendente, fondo documental de acceso libre y gratuito.

Debates que tuvieron lugar entre los representantes de la provincia desde su formación y hasta hoy. Actas y diarios de sesiones con las leyes sancionadas de dos siglos a esta parte. Todo eso y mucho más es posible encontrarlo en el Archivo Histórico de la Legislatura, espacio que funciona en el segundo piso del ex Palacio Legislativo -Dean Funes 92- y que abre sus puertas a investigadores y curiosos de manera libre y gratuita, de lunes a viernes de 8 a 20.

Es probable que antes de su creación existiera una oficina que cumpliera de hecho funciones similares. No obstante, el Archivo Histórico fue creado oficialmente por Ley 877 en 1882, cuando el Poder Legislativo advirtió la necesidad de contar con un departamento que compendiara las actividades que, por entonces, se llevaban a cabo en las cámaras de Diputados y Senadores provinciales.

Aquí es posible rastrear la sanción de normas que en ocasiones impresionan por su carácter progresista, al estar datadas tanto tiempo atrás. Es el caso de Ley Provincial N° 13, sancionada en 1852, que hace extensiva la enseñanza universitaria a todas las clases sociales. O el de la N° 2790, de octubre de 1919, que legisla el trabajo de las mujeres.

Claro que el Archivo no sólo conserva el registro de la actividad propiamente parlamentaria.

El documento más antiguo que guarda es uno de 1792, suscrito por el Marqués de Sobremonte. Consiste en una ordenanza que lleva por título “Reglamento de Propios y Arbitrios”, designación que en España, entre otras regulaciones, se daba a aquellas que fijaban presupuestos y tributos, sistemas de medidas vigentes y hasta los salarios de los soldados.

Otro de los fondos documentales es el constituido por los llamados “Asuntos al Archivo”, tanto del Senado como de Diputados. Son textos de procedencia variada que incluyen cartas enviadas por los ciudadanos, al igual que peticiones de organizaciones como clubes o iglesias.

Sería imposible reseñar en una sola nota la riqueza de estos testimonios escritos para la historia antigua y contemporánea. Para dar una idea aproximada, basta mencionar reliquias tales como una carta enviada por el cura José Gabriel Brochero, texto acompañado de un plano donde el hoy santo cordobés solicita la construcción de un camino en Traslasierra. O, saltando en el tiempo, la nota firmada por Agustín Tosco en la que la CGT de los Argentinos saluda al vicegobernador electo, Atilio López, tras los comicios de 1973.

Del mismo modo, por citar otros ejemplos, pueden leerse misivas de distintas sociedades obreras con sus respectivos sellos originales -como la de Panaderos, o la de Costureras-, solicitando en 1904 la aprobación del descanso dominical, Ley N° 1950 promulgada finalmente en el año 7 del siglo pasado.

En 1906 surge el Cuerpo de Taquígrafos, que comienza a registrar de manera textual la participación de cada uno de los legisladores en ambas cámaras. Así hacen su aparición los diarios de sesiones, documentos posteriores a las actas, material hoy reunido en más de 4800 tomos.

Cabe recordar que, hasta mediados del siglo pasado, el Poder Legislativo tenía a su cargo la aprobación de las ordenanzas presupuestarias de cada uno de los municipios, tanto como el otorgamiento de personas jurídicas. También, por aquella época, la Cámara de Diputados provincial actuaba a la vez como Concejo Deliberante de la Ciudad de Córdoba.

En definitiva, el Archivo Histórico ofrece un punto de encuentro con el testimonio documental del desarrollo legislativo de esta provincia.

Conservar para el futuro

La tarea del Archivo de la Legislatura no acaba en el asesoramiento sobre el material de consulta que ofrece. Valioso también es el aporte que sus miembros hacen a la conservación preventiva de documentos patrimoniales.

Con esmeraa dedicación y profesionalismo procuran la limpieza y restitución de las piezas de papel, procuran el mejor tratamiento para conservación de tapas de libros y hasta realizan la reencuadernación de ser necesario.

Y es que el valor patrimonial no solo está en los textos, también se aprecia en los estilos y materiales de encuadernación utilizados en cada época.

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